Etiquetado: Ética
El banco, como el confesionario: las preferentes
Me comentaba un experto en economía y ética: “Te lo dice algún empleado de banca: mi despacho es como un confesionario“. Y es que por ahí pasa gente de todos los pelajes: jóvenes, mayores, más o menos acomodados, gente con y sin formación… Venía a cuento de una conversación sobre la responsabilidad de los bancos en la crisis, de las chapuzas y errores cometidos, de la frivolidad y falta de profesionalidad con la que se han gestionado, las preferentes… Pero me quedé con lo del empleado…
Corrupción: empezar por barrer la propia casa
De vez en cuando aparecen en los medios encuestas sobre las preocupaciones de los ciudadanos. Creo recordar que en las más recientes, la corrupción aparecía en los primeros lugares. Lógicamente, en primer lugar, estaba el paro.
Que la corrupción preocupe podría parecer un síntoma de que la población es madura y siente que existe un problema grave que afecta, principalmente, a la clase política y a quienes negocian con ella, por ejemplo, contratos de cualquier tipo. En efecto, la sensación de que “aquí todo el mundo está pringado” se extiende: Gurtel, Noos, Eres de Andalucía, UGT… Investigaciones que avanzan lentamente y que representan grandes cifras de dinero que no se ha usado correctamente.
Los Diez Mandamientos: un nuevo episodio de lucidez de Pilar Rahola
Pilar Rahola cuenta con una larga carrera profesional que se ha movido en dos campos: el de la comunicación y la política. Brillante opinadora, se incorporó de la mano de Àngel Colom en ERC y fue un soplo de aire fresco en el Congreso de los Diputados, como única representante de su partido. Tiempo después, en ERC fagocitaron a Colom y este, acompañado de la propia Rahola fundaron el fracasado PI. Finalmente, regresó al ámbito de la comunicación, con Cuní y manteniendo la presencia en otros medios como opinadora polémica y mordaz.
Hemos “perdido el foco”
Me inspiro en una idea del doctor Domènec Melé sobre la necesidad de que la democracia se cimente en valores sólidos. Bien, basta verla nuestra para ver que nuestros cimientos son muy “flexibles” y nuestros valores muy “líquidos”. Por eso, perdemos, como dicen algunos, el foco.
Hace unos años, la tierra se tragó un edificio en El Carmel, en Barcelona. Así, como suena. Bluf, desapareció. quedó un bonito agujero. La anécdota viene a cuento de lo que creo que nos sucede hoy día con nuestros problemas –y no me refiero a la crisis, del tipo que sea–.
Nos estamos fijando en la grieta que ha aparecido en la pared y no en los defectos de los cimientos. Por eso “perdemos el foco”, señalamos la luna y nos fijamos en el dedo.
Os recomiendo el artículo de Domènec Melé con motivo de la visita a Barcelona del Cardenal Bertone. Yo me he quedado con la última frase, pero tiene mucha más miga.